Todo sobre el trastorno bipolar



¿Qué es?
El trastorno bipolar (o psicosis maníaco-depresiva) es una enfermedad mental caracterizada por una alteración del estado de ánimo que se presenta en forma de ataques o episodios de enfermedad que pueden ser de manía, caracterizada por una elevación patológica del humor e hiperactividad; de depresión, con tristeza o melancolía patológicas y, ocasionalmente, en forma de episodio mixto, consistentes en una mezcla de síntomas maníacos y depresivos.
Un aspecto muy importante a tener en cuenta en este trastorno es que tanto los episodios como el propio curso de la enfermedad son farmacológicamente modificables, pudiéndose lograr en muchos casos un control completo de la enfermedad.  


¿A que edad y sexo se le presenta y con que frecuencia?
La mayoría de las encuestas encuentran una afectación similar en ambos sexos. Su comienzo se sitúa frecuentemente en el inicio de la adolescencia o en los primeros años de la edad adulta pero puede aparecer también en la infancia. Es rara su aparición por encima de los 50 años (antes de los 50 años han aparecido el 90 de los casos). La manía que aparece por primera vez en la vejez suele tener un origen orgánico.
En cuanto a la frecuencia, eso depende más bien de los países y regiones pero las estadísticas mundiales dicen que la enfermedad oscila entre los 1,6 y 3,5 personas por cada 100 mil habitantes.

¿Cuál es su evolución?
Una vez que la enfermedad aparece existe el riesgo, ya para toda la vida, de tener recaídas. El número medio de episodios durante los 10 primeros años de la enfermedad es de 4 y se ha descrito un acortamiento de los ciclos de la enfermedad en el curso de su evolución. Un grupo de pacientes, entre el 15-20 de los atendidos en clínicas especializadas de trastornos afectivos, sufren un curso maligno de la enfermedad de al menos cuatro episodios anuales. Este curso llamado de “ciclos rápidos” es sinónimo de mala respuesta terapéutica y de cronicidad.
La duración de los episodios es muy variable, de días a meses o incluso años. Los maníacos son más cortos que los depresivos. Sin tratar, los primeros suele durar unos pocos meses pero los depresivos pueden superar los seis meses. La recuperación suele ser completa, pero en algunas ocasiones los pacientes continúan manifestando sintomatología afectiva de modo persistente agotamiento físico. No suelen darse cuenta de que están enfermos, se sienten mejor que nunca, no aceptan el tratamiento y no entienden porqué los demás tiene otra opinión sobre su conducta, lo que les coloca en situaciones sociales y familiares difíciles. En casos severos puede haber síntomas psicóticos (alucinaciones y delirios).

¿Que lo causa?
La mayoría de los científicos están de acuerdo en que no hay una única causa para el trastorno bipolar sino que muchos factores actúan juntos para producir la enfermedad.

Es indudable que el factor hereditario tiene su importancia, investigadores han estado buscando genes específicos - los bloques constructores microscópicos del ADN dentro de todas las células que influencian cómo el cuerpo y la mente trabajan y crecen - pasados a través de generaciones que pueden aumentar la posibilidad de desarrollar la enfermedad. Pero los genes no son toda la historia. 

Estudios de gemelos idénticos, que comparten los mismos genes, indican que además de los genes, otros factores desempeñan un papel en el trastorno bipolar. Si el trastorno bipolar fuera causado enteramente por los genes, entonces el gemelo idéntico de alguien con la enfermedad siempre la desarrollaría, y la investigación ha demostrado que éste no es el caso. Pero si un gemelo tiene trastorno bipolar, los otros hermanos tienen más probabilidades de desarrollar la enfermedad que otro hermano no gemelo. Además, resultados de investigaciones genéticas sugieren que el trastorno bipolar, como otras enfermedades mentales, no ocurre debido a un solo gen. 
Parece probable que el trastorno bipolar sea causado por muchos y diversos genes que actúan juntos, y en combinación con otros factores de la persona o del ambiente. Encontrar estos genes, cada uno de los cuales contribuye solamente en cantidad pequeña a crear vulnerabilidad frente al trastorno bipolar, ha sido extremadamente difícil. 
Pero los científicos cuentan con que las herramientas avanzadas de investigación que ahora son utilizadas conduzcan a estos descubrimientos y a nuevos y mejores tratamientos para el trastorno bipolar. Estudios de imágenes cerebrales están ayudando a los científicos a aprenden qué funciona mal en el cerebro para producir el trastorno bipolar y otras enfermedades mentales.

Nuevas técnicas de investigación del cerebro por imágenes permiten a lo investigadores tomar fotografías del trabajo del cerebro vivo para examinar su estructura y actividad, sin la necesidad de cirugía o de otros procedimientos invasivos. Estas técnicas incluyen la imagen por resonancia magnética (MRI), la tomografía por emisión del positrones (PET), y la imagen de resonancia magnética funcional (fMRI). Hay evidencia de estudios de imagen que los cerebros de personas con trastorno bipolar se pueden diferenciar de los cerebros de individuos sanos. En cuanto que las diferencias se identifican y se definen más claramente con la investigación, los científicos ganarán una mejor comprensión de las causas subyacentes de la enfermedad, y eventualmente podrán predecir qué tipos de tratamiento trabajarán más efectivamente.