La relación entre la fertilidad femenina y la alimentación


Un grupo de investigadores del Centro de Diabetes y Endocrinología de la Universidad de Utah (EEUU), determinó que los horarios de ingesta de alimentos y sobre todo la cantidad de calorías ingeridas en cada una de las comidas, pueden proporcionar buenas esperanzas a mujeres con problemas de fertilidad.

Veamos los pormenores y resultados de dicha investigación.




Este equipo de científicos, en principio, lo que estaba estudiando era la posibilidad de acrecentar la fertilidad en mujeres con ‘Síndrome de Ovarios Poliquísticos’, pero pruebas posteriores demostraron que, este tipo de dieta, también mostró buenos resultados en mujeres sin este síndrome, pero con bajas esperanzas de quedar embarazadas.

La investigación se efectuó mediante un método de alimentación basado en un ciclo físico metabólico que abarcaba las 24 horas del día, donde el objetivo era hacer un control de la insulina.

Como dijimos anteriormente, al inicio de la investigación, sólo se estudiaron mujeres con síndrome de ovarios poliquísticos.
Aquellas mujeres que acrecentaron la ingesta de calorías en el desayuno y redujeron el consumo de calorías en el resto de la jornada, derivó en una reducción significativa en la resistencia a la insulina, que a su vez, hizo disminuir los niveles de testosterona.
Este descenso en la testosterona hizo aumentar la asiduidad de la ovulación, impactando positivamente en la fertilidad de las mujeres participantes en la investigación.
Cabe destacar, que el desayuno debe ser alto en carbohidratos y proteínas.


La investigación

En el estudio participaron un total de 50 mujeres, que a su vez fueron divididas en dos grupos.
A ambos grupos le fue asignado una dieta distinta, pero con la característica de que en los dos casos, la cantidad de calorías a ingerir era exactamente la misma, 1800 para cada uno de los grupos, y además, los alimentos también eran los mismos.

El primer grupo consumió 950 calorías para el desayuno, un almuerzo con 650 calorías y una cena de 200 calorías.
En el desayuno del segundo grupo se consumían 200 calorías, en el almuerzo unas 650 calorías y en la cena 950 calorías.

Pasados 3 meses, los autores del estudio examinaron los niveles de insulina, glucosa y testosterona de ambos grupos, así como también la ovulación y menstruación de las mujeres de cada grupo.


El resultado de la investigación

Las integrantes del grupo donde tenían mayor cantidad de calorías en la cena, tuvieron como resultado, altos niveles de testosterona e insulina al final del estudio. Mientras que las mujeres que integraban el grupo con un desayuno alto en calorías, tuvieron una disminución del 50% en la resistencia a la insulina y una disminución también del 50% de la testosterona. Esto derivó en un aumento de progesterona, lo que se traduce en un aumento importante en la tasa de ovulación.

Pruebas similares realizadas con mujeres sin el síndrome de ovarios poliquísticos, pero con baja posibilidad de concebir, mostraron resultados similares en el aumento de la progesterona.

Estos resultados indican que, una dieta rica en calorías, carbohidratos y proteínas durante el desayuno, más baja en calorías en el almuerzo y además, muy pobre en calorías en la cena, estaría aportando muy buenas expectativas a las dificultades de fertilidad de muchas mujeres.