Emulsionantes: ¿peligro oculto en los alimentos?

Si busca entre los ingredientes de cualquier alimento procesado es muy probable que encuentre la palabra ‘emulsionantes’. Ingredientes tales como polisorbato 80, lecitina, carragenano, poligliceroles o xantana, por nombrar los más comunes, son algunos de ellos. 



emulsionantes alimentos


Dichos emulsionantes son aditivos químicos que se utilizan para mejorar la textura, consistencia y vida útil de muchos alimentos, por ejemplo, de panadería, bollería, helados, hamburguesas y prácticamente todos los alimentos procesados industrialmente.

Un estudio reciente publicado en la revista “Nature” sugiere que estos ingredientes pueden estar contribuyendo a la creciente incidencia de obesidad, síndrome metabólico y enfermedades inflamatorias del intestino al interferir con los microbios de la flora intestinal.

Esta noticia puede sorprender a los consumidores dado que estos emulsionantes están aprobados tanto por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) y por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, incluso aparecen en algunos alimentos catalogados como “sanos”, por ejemplo, aquellos que se declaran libres de grasas trans y gluten.
  
El profesor de la Universidad de Georgia, Andrew Gewirtz y autor principal del estudio dice en el artículo: “Estamos tratando de entender el aumento en los últimos años de las enfermedades inflamatorias del intestino y el síndrome metabólico, esta última aumenta el riesgo de la diabetes tipo 2, de enfermedades cardíacas y de accidentes cerebrovasculares. Todas estas enfermedades están vinculadas a cambios en la flora intestinal”.  


La enfermedad inflamatoria intestinal, que incluye la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, afecta a millones de personas. El síndrome metabólico es un grupo de trastornos relacionados con la obesidad  que pueden conducir a la diabetes tipo 2, enfermedades hepáticas y cardiovasculares. La incidencia tanto de la enfermedad inflamatoria intestinal como del síndrome metabólico se han incrementado notablemente a partir de la segunda mitad del siglo XX.
  

Los recientes aumentos de estas enfermedades no pueden atribuirse únicamente a la genética, sencillamente porque la genética humana no ha cambiado en las últimas décadas, por tanto, Gewirtz propuso a sus colegas investigar los aditivos modernos incluidos en los alimentos, y allí surgieron los emulsionantes.


El estudio
  
Los investigadores alimentaron a ratones de laboratorio con emulsionantes a través del agua y alimentos. En el experimento se utilizó concretamente polisborato 80 (muy común en helados) y carboximetilcelulosa.
Los resultados fueron que dichos productos alteraron la flora intestinal de forma crónica. Incluso el estudio incluyó pruebas con niveles inferiores a los aprobados para su uso en alimentos. Un alto porcentaje de ratones desarrollaron inflamación intestinal y trastorno metabólico, lo que los llevó a comer más y desarrollar obesidad, hiperglucemia y resistencia a la insulina.

Al parecer, la respuesta inflamatoria provocada por consumir emulsionantes parece interferir con la saciedad alimentaria, es decir, el límite que nos indica que ya hemos comido suficiente, lo que puede conducir a comer en exceso y por tanto a desarrollar sobrepeso.

Según las conclusiones del artículo, los emulsionantes parecen alterar tanto las bacterias normalmente presentes en el intestino, como la capa de mucosidad que lo reviste. Algo en la química de los emulsionantes parece alterar la flora intestinal y la forma en que dichas bacterias interactúan con el propio intestino. Esta combinación prepara el escenario para la inflamación.
  
El mismo equipo está ahora probando emulsionantes adicionales y además diseñando un experimento para investigar cómo los emulsionantes afectan a los humanos. Si se obtuviesen resultados similares a los de los ratones, sería un indicativo que estos aditivos alimentarios podrían estar estrechamente relacionados con la epidemia de obesidad y sus consecuencias, además de una amplia gama de enfermedades relacionadas con la inflamación intestinal crónica.